La contaminación que genera la producción de ropa alcanza también a la tierra y el agua. Y no solo su fabricación, ¡incluso lavar la ropa desemboca en un aproximado de 500 mil toneladas de microplásticos al año en los océanos! (5).
Se estima que el 73% de la ropa producida anualmente termina incinerada o en basureros, lo que contribuye a la contaminación terrestre y atmosférica (4).
Además de estos microplásticos, la fabricación de ropa involucra el uso de químicos altamente dañinos para la salud humana, que se liberan en ríos y otros cuerpos de agua.
En Greenpeace, llevamos casi una década de trabajo con diversas marcas de ropa y tiendas de moda para eliminar los químicos dañinos en la producción de prendas y hacer conciencia sobre los peligros de la moda rápida.